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Un Mexicano “de Los De Antes”

Un mexicano “de los de antes”

Hace un rato conocí a Jaime (omito su apellido para proteger su identidad), un señor que me recordó la ética de trabajo y la inteligencia de los mexicanos.

Terminó hasta el 5to año de primaria, pero eso no tiene nada que ver con la claridad, madurez y forma de ver (y vivir) la vida. Además de trabajar como electricista, los fines de semana arregla jardines, tiene un grupo musical y renta equipos para fiestas. Robert Kiyosaki estaría orgulloso de él porque tiene “múltiples entradas de dinero”.

Si decide dejar de trabajar hoy, lo podría hacer sin ningún problema, pero el trabajo productivo es para él algo muy valioso. Me contó que no puede estar sin hacer nada, porque siente que está desperdiciando su vida.

Claro, así como trabaja también se divierte en aquello que le apasiona: la música y el fútbol.

No toma, no fuma, no usa drogas y no tiene deudas de ningún tipo. Para él, es muy claro que si algo quiere, tiene que trabajar para tenerlo, que ningún negocio va a darle algo sin él poner algo (dinero, tiempo, esfuerzo) y que el riesgo siempre está ahí, pero por eso se prepara para no arriesgar más de lo necesario.

Cuando le pregunté qué piensa de las nuevas generaciones me dijo algo que me puso a pensar. Me dijo “en mis tiempos, desde muy chico sabías que si no ibas a ser muy bueno en la escuela, tenías que ser muy bueno trabajando, como a mi no me gustó la escuela, empecé a trabajar a los ocho años, los jóvenes de hoy no saben el valor del trabajo, piden y todo se les da, y se convierten en adultos que esperan recibir todo, sin poner nada de su parte, como si el dinero cayera del cielo”. Cuánta razón.

Y, justo hace un par de horas en mi junta anterior aprendí de un abogado que gana cientos de miles de dólares al año y que tiene tantas deudas que su “única” salida es la bancarrota.

Me queda muy claro que la educación, si bien es muy importante para desarrollarse personal y profesionalmente, no sirve absolutamente para nada si no se tiene una clara escala de valores.

Tristemente, como bien me dijo Jaime, cada vez hay menos como él, un “mexicano de los de antes”, y nos estamos convirtiendo, lenta pero seguramente, en una sociedad que valora más al que tiene un carro de lujo (así el dueño esté endeudado hasta el cuello o lo haya comprado con dinero de dudosa procedencia) que por lo que es una persona.

Además de tratar de hacerlo yo con mi propia vida, parte de mi trabajo es ayudar a la gente a alinear sus valores con el uso que le da al dinero, entonces tengo esperanza de que estoy aportando aunque sea un granito de arena para que haya más “mexicanos de los de antes”, al menos en ese aspecto.

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