
¿Eres asesor objetivo o vendedor apasionado?
“Todo mundo necesita X”, decía una colega del mundo financiero.
Y eso es una “red flag” gigante por varias razones:
- No sé de ningún producto financiero que “todo” el mundo necesite. Todo el mundo tiene necesidades diferentes, valores diferentes, prioridades diferentes.
- El Producto X es precisamente uno que mi colega vende. Qué conveniente decir que todo mundo necesita, precisamente, del producto que ella vende, un claro conflicto de interés.
Mucho cuidado. Estar apasionado por lo que vendes puede convertir a toda la gente en “clavos” a los que puedes “clavar” con el martillo que vendes.
Un asesor, no importa si es financiero, nutricional, o de lo que sea, si quiere llamarse asesor (y no vendedor) necesita mantener su objetividad y determinar si lo que ofrecen es útil para cada persona, de manera individual, no para todos, como si todos fueran una masa igual.
De lo contrario, no eres más que un vendedor, que quiere vender lo mismo, a todo el mundo. No hay nada de malo en ello, pero no te quieras convencer que eres un asesor objetivo, cuando te comportas como un vendedor apasionado.