
“¿De dónde voy a sacar tanto propósito?”
Todavía recuerdo la primera vez que hice “ritual” de las 12 uvas una noche de Año Nuevo con mi familia. Mi mamá (o alguien de mi familia) puso doce uvas verdes en copas y nos dio una a cada quién, por ahí de las [11:50] de la noche.
Alguien me dijo algo así como “cada uva es un propósito. Te las comes cuando den las doce, pero rápido porque si no no se cumplen”.
Lo primero que pensé fue “¿de dónde voy a sacar tanto propósito?”
Así que dieron las doce. Y fue un atragantadero de uvas, seguido de muchos abrazos de buenos deseos para toda la familia. Evidentemente, a la mañana siguiente no recordaba más de la mitad de los “propósitos”. Y, evidentemente, no cumplí ninguno de ellos.
De eso ya pasaron muchos años, y ahora me río al recordar esa escena. Por mucho tiempo mis propósitos de Año Nuevo se me olvidaban para la tercera semana del año.
Ahora, te puedo decir que he cumplido casi todas mis metas (sí, ya no tengo propósitos, ahora defino metas) para 2019: estoy a un kilo de llegar a mi peso objetivo (he bajado 9), mi podcast está a punto de llegar a 200 mil descargas, tengo más y mejores clientes, vendí varios miles de dólares con mis programas en línea… y varias más.