
Confía pero verifica
Hace unos días vi a una clienta nueva. Su esposo falleció hace unos meses y está poniendo todas sus finanzas en orden.
Había recibido un dinero que era para terminar de hacer unos pagos que tenía pendientes.
Se reunió con una amiga, agente de seguros, quien le ofreció abrir una cuenta para ese dinero. Fue muy clara en sus intenciones para ese dinero: era para pagar cuentas inmediatas. Su amiga le dijo que no había problema, así que le entregó el dinero y todo bien.
Le pedí que me trajera el estado de cuenta tan pronto lo recibiera y así lo hizo.
Lo que vi no me sorprendió, me entristeció.
Resulta que su “amiga” había invertido el dinero en instrumentos que nada tenían que ver con las necesidades que, con toda claridad, le expresó. Y, no sólo eso, pagó una comisión de alrededor de 4% (varios miles de dólares) por haber hecho esas compras.
Todo mal.
¿Porqué le vendió eso? No lo sé.
Lo que sí sé es que ya pagó esos costos y, no sólo eso, la baja del mercado de las tres últimas semanas muy posiblemente le ha afectado.
¿Cómo se podría haber evitado esto? No lo sé. Quizá confiando menos. Quizá asegurándose que entendía qué estaba pasando. Quizá no tomando decisiones importantes en un momento tan emocionalmente vulnerable.
Mucho cuidado. No tomes decisiones con tu dinero cuando tus emociones te tienen en otro lado. Confía pero verifica. No importa si la persona es tu amiga, asegúrate que entiendes cómo funciona la inversión que te está ofreciendo.